CARTAS INGENUAS – 18/07/1931 - ¡Nos engañaron!
Rebuscando en la hemeroteca he encontrado un diario titulado
EL DEFENSOR DE CUENCA, que fue editado desde 1931 a 1936, en él he encontrado
una serie de cartas que bajo el título de “Cartas ingenuas” van relatando los
pormenores de la sociedad de esos años.
Este periódico fue dirigido por
D. Dimas de Madariaga, Diputado a Cortes. Era un semanario de Acción Social
Católica y de información regional. ¿Quiénes eran? Según afirman eran unos
cuantos hombres de buena voluntad, sin estúpida presunción que querían ser los
portavoces de las realidades morales, patrióticas, sociales y económicas de
esta tierra a la que tanto amamos. El primer número se publicó el sábado, 24 de
octubre de 1931 y el último el 18 de julio de 1936.
Ellos abogan a la verdad con
estas palabras: “Y en honor a la Verdad, en el seno de la cual creemos estar
los hombres que formamos la Redacción de
este periódico, desde sus modestísimas pero firmes columnas la serviremos con
esa lealtad propia de caballeros cristianos, hijos de esta Castilla inmortal”.
Me parecen interesantísimas estas
caras porque reflejan una realidad que se repite en nuestra sociedad actual. La
historia reaparece cuando las nuevas generaciones no son conocedoras de su
pasado, volviendo a caer en las mismas faltas que cometieron sus abuelos y
bisabuelos. Es por ello importante traer a nuestra sociedad actual las
vivencias del pasado, refrescando lo sucedido para no tropezar en la misma
piedra de nuestro pasado.
Sin ánimo de entrar en polémica
sólo pretendo traer a la luz lo que en su día fue publicado, textualmente, al mismo tiempo que reflejar el sentir de la
gente sencilla que le tocó vivir esos tiempos como a nosotros nos ha tocado
vivir los nuestros.
La primera carta fue publicada el
sábado 1 de noviembre de 1931, y dice así:
Mí querido sobrino Filiberto:
Celebro que, al recibir ésta, estés bien de salud, lo mismo que Úrsula y los
chicos y “toos” tus parientes por parte de tu mujer.
Aquí sigo bien con algún retoque
de reuma en una pierna, pues son ya sesenta y seis años los que llevo a
cuestas; pero más que nada lo que más me preocupa, y hasta me quita el sueño,
es el pensar en las cosas que pasan y que “puén” pasar, pues “to” se está poniendo muy malo.
Como sabrás, he pasado la vida en este pueblo tirándonos unos a otros los
trastos a la cabeza por cuestión de la maldita política ¡que así se la coman
las liendres! En Villablanca había siempre dos partidos: los que seguían a D.
Eloy, en el que yo estaba, y los que se agarraban a los faldones de D.
Eustaquio. En la época de votar se ponía el pueblo más encendido que una
caldera para ver quién ganaba, y “pa” ellos se hacían mil picardías y cosas que
nunca debieran haberse hecho. El resultado era el mismo: cuando ganaban los de
D. Eloy, pagaban “toas” las contribuciones los de D. Eustaquio, y cuando
ganaban éstos las pagábamos nosotros. Si ellos subían, no podíamos los
contrarios llevar las caballerías a la dehesa, y la fuente de la placeta era
trasladada a la entrada del pueblo, frente a la “posá” de las Cañas; pero si
los que estábamos arriba éramos
nosotros, ellos eran los que no podían aprovecharse de la dehesa, y la fuente
se quitaba de la “entrá” del pueblo y se ponía en la placeta; con lo que de
tanto subir unos y bajar otros, nos quedamos sin fuente y tuvimos que ir a dar
agua a los animales a un kilómetro del pueblo. A “to” esto estábamos unos con
otros más enzarzaos que un manojo de cerezas, y hasta los de la familia
estábamos “regañaos”, sin hablarnos ni saludarnos, en tanto que la España,
según leía en los papeles, era víctima de los políticos de los colores; se
asesinaban los patronos y los obreros como conejos con hurón; había atracos en
los cmapos y en los pueblos, como cuenta el tío Ciriaco que le pasó en la
capital, “onde” le robaron los seis duros que le quedaban para la vuelta ;
había huelgas diarias, motines y revueltas, que sólo servían “pa” exprimir a
los que trabajamos, que “ca” día pagábamos más contribuciones,más consumos y
más cédulas. En esto oí decir que un general con riñones se había sublevado
“pa” que no mandaran tantos sinvergüenzas, y “pa” que la España saliera del
atascadero en que estaba; yo, la verdad, me alegré y quise ayudarle por lo que
fui del somatén de la U.P. y de cuanto se hizo entonces. No sé si lo hizo bien
o mal, pero si sé que durante unos años vivimos tranquilos, sin “votás” y sin
disgustos, que me arreglé con mi familia, que
la fuente se puso en el atrio de
la Iglesia “pa” comodidad de los vecinos, que se acabaron los atracos, las
huelgas y los explotadores del “pobe”. Pero personas que saben más que uno,
dijeron que “to” eso era una anormalidad y que hubiera “votas”, que hubiera
“deputados”, que los pueblos nos dividiéramos en dos bandos “pa” hacernos la
guerra y que la fuente se cambiara de sitio a cada gobierno.
También vi que se
acabó lo de Marruecos y que hubo justicia; pues al hijo de la Casta, que vino herido de Larache, le
dieron la plaza de guarda municipal con dos pesetas “pa” siempre, cosa que se
vió con agrado. “To” esto decían que se iba arreglar con la república, que era
la ñunica que haría justicia, y habría democracia (que no sé lo que es), que
seríamos “tos” iguales y no habría “pobes” no ricos, viviríamos muy felices y
la España sería un paraíso terrenal de la Tierra. Yo, a la verdad, basado en
estas promesas, hice cuanto pude porque viniera la república votando a esos
señores que no sabía quiénes eran, y cuando vino la república, me puse más
contento que un chico con zapatos nuevos y grité más que un pregonero loco.
Pero, querido sobrino, “agorame” arrepiento de hacer lo que he hecho; por lo
que leo, leo que quieren hacer reparto de tierras, y dar las mías a otro, “pa”
yo tomar las de otro, cosa que no va a haber curas para decir misa, casarnos y
enterrarnos como a “presonas” decentes, que no va a haber soldaos para
defendernos de los moros, que tenemos que pagar más contribuciones, que van a
echar a los frailes y monjas y a cerrar los asilos, hospitales y conventos, por
lo que veo ya al chico de Miguelico, que está “baldao” de las dos piernas,
salir del asilo de Madrid y venir a morirse de asco por estos “andurriales”; a
la “aguela” Pepa, la Canaria, ser echada del asilo de monjas y venir al reparo
de su sobrino, que siempre ha sido una mala persona, y los dos huérfanos de
Timoteo quedar abandonados si cierran el colegio de frailes, donde están el uno
estudiando “pa” maestro y el otro “pa” ser de un Banco, “to” gratis, sin pagar
dinero.
Y esto no es lo que nos dijeron; ni yo ni “nalde” está conforme con
estas dos cosas; he sido engañado una vez más y vamos a ir camino de como dicen
están en un país que dicen Rusia, donde se trabaja como bestias, sin que se
pague, y “onde” “to” es de “tos”, que es lo mismo que de “tos” ser de los más
pillos y granujas. Así pienso yo.
Por todo esto estoy que no sé ya
que hacer, engañado de tanto “gallero”
que ofrecen el oro y el moro, y luego se quedan con el oro y nos dejan el moro.
El pueblo está muy mal; está de alcalde el hijo mayor de Feliciano, que siempre
fue un ratero y un ladrón (sin ofender) he “tenío” que dar por un mes un jornal
diario a Redoblante, porque era un obrero parao; y como ya le conoces, ha
“estao” parao “ende” que nació, pues es un vago más grande que el cerro del
Pino y se comió la hacienda que le dejó su padre. Hay muchos robos en el campo,
a mí me han quitado treinta matas de patatas y la mitad de la uva; en cambio se
han fundado dos sociedades; una que se
dice U.G.T y la otra se nombra C.N.T., pero que entre una y otra vamos derechos
al R.I.P.
Termino la carta porque se me
cansa la vista y tu tía me llama “pa” comer.Consérvate “güeno” y cuéntame lo
que pasa por Valdenegrete, dando más recuerdos a Úrsula y a los chicos, con un
abrazo de verdad de tu tío, que lo es de veras.
Agapito Tordillo.
Trascripción realizada por:
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico.
Cuenca, 27 de julio de 2015.
Buenas noches
ResponderEliminar"Paice" que la historia tiende a repetirse, no?
Espera y sigue la historia que se repite todo. Es como dos gotas de agua.
ResponderEliminarEspera y sigue la historia que se repite todo. Es como dos gotas de agua.
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